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Descansar. Reiniciar. Repetir.


¿Te encuentras corriendo con adrenalina para pasar tus días? ¿Avanzando a pesar de que estás exhausto? Con tantas cosas sucediendo en nuestro mundo y nuestras vidas, es importante ser consciente de que el modo de supervivencia no puede mantenerse indefinidamente sin afectar tu juicio y tu salud.


Eres el denominador común en todas tus interacciones; tienes el poder de evitar reaccionar de 'vacío' sin importar la situación. Y aunque no siempre puedes cambiar las circunstancias, puedes cambiar la forma en que respondes. Elevar la energía en una conversación al reaccionar desde un espacio negativo no es bueno para nadie involucrado.


¡Habla de tus sentimientos cuando ocurran situaciones en lugar de dejar que crezcan como la levadura en el pan! Es posible que la otra persona ni siquiera se dé cuenta de lo que está sucediendo contigo, sin la intención de causarte ningún daño o enojo, por lo que hablar puede aclarar rápidamente el aire. Si estás herido, dilo. No dejes que se pudra. Sucederá algo más, y luego, de repente, ¡habrá una explosión emocional!


Tal vez sea tu amigo Barry hablando de nuevo sobre cómo le duele la espalda; no llamó a su médico porque se le pedirá que vaya a la oficina, el gas es tan alto que será un drenaje adicional para él, y así sucesivamente con la charla negativa. O tal vez es una conversación difícil con un ser querido acerca de sus continuas quejas por lo mucho que tienen que hacer. Aun así, los ves girando repetidamente en círculos en lugar de tomar una acción directa.


Eventos como estos se suman. Los sentimientos pueden resultar heridos, incluso enterrados, y luego surgir en lugares inesperados. Hagas lo que hagas cuando surjan estas situaciones, no saltes a la madriguera del conejo y reacciones desde un espacio negativo. Encuentre una manera a través de las conversaciones para crear una posibilidad de paz en lugar de ira.


Cuando digas tu verdad, trata de mantener el equilibrio. El poder de la comunicación abierta y reflexiva puede crear claridad y calma. Sana a través de tu voz y tus acciones. Levántate todos los días, da lo mejor de ti y abre tus líneas de comunicación, tanto hacia adentro como hacia afuera con intenciones positivas. Y deja ir el resto.


Aborda tus sentimientos más temprano que tarde porque un retraso puede resultar en una represalia enojada que no resuelve nada. En cambio, eleva el nivel de energía negativa, y Dios sabe lo que puede manifestarse.


Tómate un tiempo para ti antes de que las ruedas empiecen a temblar.


Abrazos,

Cyndi Mariner

Breathing Spaces

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