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¿Estás listo(a)?


Te encuentras ayudando a tu ser querido con algunas diligencias adicionales. Empiezas a notar cambios en su salud, algunos de los cuales no te han hablado.


A medida que comienzas a hacer un poco más, te das cuenta de que necesitas discutir tus preocupaciones sobre los cambios que ves. Pero, ¿cómo abordas el tema?


Comienzan a aparecer cambios más dramáticos en su salud y tu pasas más tiempo atendiendo sus necesidades. El tiempo parece volar.


Entonces sucede; tu ser querido es admitido en el hospital y se deben tomar decisiones sobre si ir a un hogar de ancianos o tal vez contratar atención domiciliaria.


¿Estás listo(a)? ¿Has explorado opciones? ¿Conoces la diferencia entre la atención domiciliaria y un centro de atención? ¿Existe una directiva anticipada? ¿POLST (Ordenes médicas para el soporte vital) si es necesario? ¿Conoces los cuidados paliativos? ¿Hospicio?


Creo que entiendes a dónde voy aquí... previa planificación adecuada. El cuidado familiar puede ser estresante, y no estar preparado y encontrarse en medio de un cambio de salud significativo puede sorprenderte.


Recuerdo cuando mi papá tuvo una cirugía vascular que no salió según lo planeado y al mismo tiempo le diagnosticaron diabetes. Al final, perdió parte de su pierna, y después de eso se fue cuesta abajo rápidamente. Recuerdo estar sentada en la mesa de comedor de mamá y papá con personas de hospicio. ¿Hospicio? ¿Para qué estaban allí? ¿Quieres que administre... morfina? ¿Que es todo esto???? Estaba en estado de shock.


Prestar cuidados no viene con un manual, por lo que cuanto más puedas apoyarte en tu familia y amigos y encontrar una red de apoyo, mejor, para que no te sientas solo(a). Y por favor, no te dejes agobiar sin conocer tus opciones; siempre habla con el médico o abogado de tu ser querido para asegurarte de sus pensamientos. El Instituto Nacional sobre el Envejecimiento tiene un excelente recurso disponible (https://www.nia.nih.gov/health/getting-your-affairs-order) que puede ayudarte como lista de verificación. Imprímela ahora y prepárate antes de que llegue el momento, no cuando ya sea el momento.


Finalmente y quizás lo más importante. Ten conversaciones con la persona que estás cuidando. Mantener las líneas de comunicación entre ustedes es crucial. Déjale saber que quieres hacer lo mejor que puedas, por lo que escuchar de ellos sobre lo que necesitan es importante para ti.


Abrazos, Cyndi Mariner

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